Maternar la Niñez Trans

Por Emy Infante

Soy Emy, una mamá diversa, hermana e hija de una comunidad de desobedientes. Habito mi maternidad en un intento por asumir lo que se pone en juego, desordenando algunas normalidades y pulsando otros modos de estar en este mundo.

¿Qué se espera de mi acto materno? ¡Yo ya no lo sé!, pero de que me late caminar hoy, es otro cantar diverso, que me lleva a moverme, correrme, encontrarnos y continuar.

Transito mi cotidiano desde hace 7 años acompañando a una niñez trans con innumerables desafíos en la crianza, entre la intuición maestra y el adultocentrismo que quiere deshabitarnos constantemente; entre la ignorancia de mis pasos y el amor como bandera que guía el trayecto.

Quiero compartirles cuánto se me inunda el pecho de emoción al sentir que la existencia de mi hija me removió entera la vida, las preguntas, las dudas, los miedos, los errores, los aciertos, la ternura en el aprendizaje de observar y la bronca ante la injusticia, la violencia y la discriminación.

En medio de todo el caos matutino no podría ignorar la inmensidad de saber en una infancia con tanta valentía y revolución. Desde una corporalidad que existe, que vale, que es real y genuina, donde conviven innumerables lenguajes subversivos que convocan a repensarnos como sociedad, como comunidad, en la individualidad y en los mandatos sociales establecidos.

Acompañar la diversidad, en lo particular, me abrió un mundo de posibilidades para pensarme y pensarnos. Para crear y recrearnos. Ser testigo de su existencia y sus procesos es un regalo que me entrega todos los días y que deseo seguir recorriendo de la mano, juntas.

Les invito entonces a dialogar entre la lectura y los relatos sobre la importancia de poder atravesar los caminos necesarios para llegar a un punto de encuentro en el acompañamiento a las niñeces, a las adolescencias trans y no binarias.

Continuará…