Arte y Cultura
Cine Más Comercial y Menos Erótico Realizará Julián Hernández
Por Fabián Polanco | @fabiancpolanco
Durante la novena edición del Festival Independiente de Cine de Diversidad Sexual y Género Cuórum se entregó un reconocimiento al director Julián Hernández por su trabajo dentro del cine mexicano dando un lugar primordial a la diversidad LGBTIQ+, en especial a la comunidad gay.
El reconocimiento se entregó el viernes 9 de noviembre en el cine independiente Jeudi, ubicado en el centro de Morelia, Michoacán, en el marco del ciclo «Pandemias del cuerpo y el deseo», la exhibición de una trilogía de cortometrajes de Julián Hernández; conformada por las cintas «El día comenzó ayer», «Dos entre muchos» y «Cobalto», además de la realización de una Masterclass con el cineasta.
¿Cómo ha sido tu evolución como realizador al paso del tiempo?
Soy un tipo que tiene mas de 25 años que filmó su primera película, cuyos intereses han variado con el tiempo. Espero que eso sea perceptible. Sigo siendo alguien que hace largometrajes y sigue creyendo que el cortometraje es un territorio libre dentro del cine, como diría el extrañado Enrique Ortiga, un lugar en donde uno puede probar cosas, experimentar y tratar temas que a lo mejor en un largometraje sería complicado, desde conseguir el financiamiento e incluso la difusión.
“El día comenzó ayer» y «Dos entre muchos» tienen una relación estrecha con el periodo de la pandemia; y «Cobalto» con las lecturas que me formaron en los años 90, cuando fui descubriendo a escritores mexicanos gay; como Jorge Arturo Ojeda, Luis Zapata y Juan García Ponce, quienes formaron mi personalidad en esos años y que ahora, ya siendo un cincuentón, pues cobran nueva vigencia.
¿Cuál es tu principal interés hoy día al crear un nuevo proyecto?
Eso no lo tengo muy claro, he de confesarlo. Tengo proyectos y cuando ya están realizados, incluso cuando ya se han exhibido, como que caigo en que había algo ahí que me interesaba y que me motivó a hacerlo. Ahora que fui a Brasil a presentar «Los demonios del amanecer», me encontré con varios libros de Glauber Rocha, que fue un cineasta determinante para mí en los años de formación en el CUEC, hoy ENAC; en los que descubrí que tenía una serie de apuntes sobre cuáles serían sus siguientes proyectos, con mucha claridad.
Sé cuál es el siguiente proyecto que voy a hacer y sé cuáles son los temas que me interesa tocar, pero sin tener muy claro qué es lo que me está motivando en ese momento a hacerlo. Así sucedió con «La huella de unos labios», una película que escribimos Gustavo Hernández de Anda y yo, que se ha visto muy poco en México, que surgió en medio de la pandemia y que aparentemente podría tratarse solo de eso, pero en realidad tiene una referencia directa con la época de la pandemia del VIH en los años 80 y 90.
En este momento estoy tratando de incorporar un objetivo comercial a lo que hago, para lograr que esas películas tengan una posibilidad de exhibición más grande de la que han tenido mis películas, derivado de algo que ocurre en el mundo y en los festivales de cine, y que está relacionado con las películas que hago, en las que se maneja la homosexualidad, las cuales ya no tienen el mismo interés que suscitaban en el pasado.
Vivimos en una época de regreso al pasado, en la que hay conservadurismo y ese tipo de cosas espantan, justo como cuando empecé a hacer películas, lo cual para mí es muy desalentador, pero creo que es cíclico. Bajp esta perspectiva, lo que estoy haciendo es seguir interesado en los temas que me ocupan y tratar de hacer que esas películas tengan la posibilidad de verse más. Para ello hay que incluir ciertas cosas que para mí nunca habían sido importantes, como tener actores con cierto nombre; y olvidarme por un periodo, que espero que sea breve, del erotismo, como lo he manejado hasta ahora.
No quisiera que esto se oyera como que me estoy echando para atrás de todo lo que hago. Pero es ahí donde regreso al corto, porque sigo creyendo que en él es donde puedo hacer muchas cosas que a lo mejor no tendría oportunidad de hacer en los largos, porque es mucho más complicado conseguir el financiamiento. Antes de acabar este año, espero tener la oportunidad de filmar un nuevo corto que me dé oportunidad de explorar algunas cosas que me interesan ahora. Empecé haciendo películas saltándome muchos años. Por eso ahora, con este nuevo corto, es un poco como llenar un cajoncito que me salté para llegar a todas las películas que he hecho. Estoy volviendo a un periodo que me interesa mucho, que es el dónde viví mi juventud, en los noventa.
Con el paso de los años, ¿Cuál es la visión de la gente de la industria ante tu trabajo?
Pues en la industria no creo que nadie se espante, si con la industria te refieres a los que hacemos las películas, como directores, actores y esa serie de personas. Lo que si creo ds que hay un cambio bastante significativo sobre cómo era el público en el momento en que empezamos a hacer películas, a finales de los noventa, cuando de pronto se tenía que enfrentar a la homofobia, la cual era a veces solapada, a veces escondida, incluso entre algunos miembros que estaban trabajando contigo en el equipo. Ahora yo creo que todo eso ha cambiado.
Ya los actores no piensan que esto significa el fin de su carrera y que no podrán interpretar otros personajes, aunque hay algunos que sí. Ahora hay mucha apertura, como que hoy día la gente está muy abierta para participar en proyectos, aunque para conseguir dinero sigue siendo muy complicado. Creo que ahí vamos, pues ya nadie puede decirte nada de manera violenta, como nos lo dijeron a nosotros muchas veces, ahora hay gente interesada en participar, que es lo más importante, aunque sigue siendo difícil hacer cine en México.
Antes del cine de Julián Hernández, sólo teníamos a Jaime Humberto Hermosillo haciendo películas de temática gay en México. ¿Lo conociste como colega ¿Conoció tu trabajo?
Sí. Lo conoció. De hecho, el otro día estaba acomodando unos libros que tengo y me encontré uno que él me regaló y que decía ‘para mi colega Julián Hernández’ o algo así. Creo que fue la última y la única vez que nos vimos. Pero por supuesto que vi sus películas. Las que hizo en 35 milímetros y todo lo que hizo en video, el cual creo que no ha sido valorado en la importancia que tiene. Ahora hay muchos cineastas mexicanos que hacen cine gay, y creo que, de alguna manera, fue porque Jaime Humberto Hermosillo, Roberto Fiesco y yo contribuimos a que la gente creyera, voleara, hiciera y viera este tipo de cine.
Ahora hay muchísimos jóvenes, y eso lo vemos en las convocatorias y en las selecciones de cortometrajes, por lo que creo que de pronto, ya tiene que desaparecer la categoría de cine gay y hacerlo universal en su contenido y no se le separe del resto de los géneros. Eso es a lo que muchos apelamos desde el principio. Creo que hemos evolucionado, ha cambiado la calidad de la educación y ahora que veo los trabajos de los chavos más jóvenes, me doy cuenta de que todo ha cambiado y ha sido para bien, desde la manera de acercarse a los temas y la forma de exponerlos. Es un momento interesante.