El turismo LGBTIQ puede visitar Arabia Saudita, de acuerdo con el sitio oficial de turismo del reino visitasaudi.com, a pesar de que la homosexualidad sigue siendo ilegal en ese país mayoritariamente musulmán y aunque su marco jurídico no siempre se cumple.
El sitio web de la autoridad árabe de turismo cuenta con una sección actualizada de Preguntas Frecuentes en la que se puede leer: «¿Los visitantes LGBTIQ son bienvenidos a visitar Arabia Saudita?» Y la respuesta fue: “No le pedimos a nadie que revele detalles personales y nunca lo hemos hecho. Todos son bienvenidos a visitar nuestro país”.
Aunque hasta ahora no se ha dado un anuncio oficial al respecto, diversas cuentas en twitter comenzaron a circular la noticia de que el turismo LGBTIQ ya podría visitar Arabia, como parte de los cambios sociales y económicos que ha estado experimentando el reino en los últimos años.
Como la mayoría de los países musulmanes del Medio Oriente, las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas por ley en Arabia Saudita y se castigan con la muerte o la flagelación, debido a la tradicional interpretación de la ley islámica, la sharia
Sin embargo, las leyes sauditas contra la homosexualidad se aplican de manera inconsistente en el reino. De hecho, no hubo enjuiciamientos conocidos por relaciones entre personas del mismo sexo durante 2022, según un informe de derechos humanos del Departamento de Estado de EEUU.
Es difícil determinar cuánta represión enfrenta la comunidad LGBTIQ en Arabia Saudita, según Human Dignity Trust, que rastrea las leyes anti-LGBTIQ en todo el mundo. “El estigma social y la ausencia de organizaciones LGBT limitan la denuncia de discriminación”, asegura la organización con sede en Londres.
En 2018, Arabia Saudita levantó la prohibición de que las mujeres conduzcan y anunció que ya no se requeriría que las mujeres usaran abaya, una prenda larga que cubre el cuerpo de la cabeza a los pies. En 2021, Pure Beach se convirtió en la primera playa saudita donde las mujeres pueden usar bikinis
feminiateo
11 de mayo de 2023 at 07:32
Quizás sea más bien el turismo de hombre gay o bisexuales discretos y no tanto el de lesbianas o trans. Quienes no vivimos del modo en el que el sistema patriarcal esperaría, tenemos que estar más unidxs, mostrarnos poderosxs y proyectar una imagen de fuerza, pero para ello debemos dejar atrás el individualismo exacerbado que ha marcado los últimos años. Debemos organizarnos mejor, al menos de un modo tan eficaz como aquel de la gente que se encuentra todos los fines de semana en sus diferentes templos. En torno a una nueva religión no dogmática, atea/agnóstica (o por lo menos no teísta), feminista, antirracista, ecologista y aliada de LGBTIQ+ lo estaríamos, y podríamos conseguir que se estableciesen comunidades de mujeres, hombres y personas de géneros no binarios en muchos lugares, autogestionadas y con fuertes relaciones de cuidados entre sus integrantes. En el blog infinito5.home.blog escribo sobre ella.