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La 44 Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ fue una marcha apoteósica, probablemente la más nutrida hasta la fecha. Estuvo desbordante de gente y alegría.
Quienes asistimos nos dimos cuenta de que la llegada de tantísima gente rebasó y puso en evidencia la incapacidad de los auto-nombrados comités (des)organizadores y la chafez gubernamental, incapaz de ayudar mínimamente a que el tránsito de marchantes fuese fluido.
Sobre el Comité Inclúyete pesan múltiples acusaciones y señalamientos por corrupción, agandalles y oportunismo (señalamientos sin evidencias concretas, hay que decirlo, y que representan un desafío para quienes los acusan).
La cosa se agrava cuando, por la cortesanía de dichos comités, se desestimó delimitar con claridad el papel de los comités y el del gobierno como coadyuvante del buen desarrollo de las celebraciones y no como uno de los protagonistas principales, lo cual me parece un total despropósito.
No conozco ninguna movilización social o comunitaria que se pliegue de tal manera al poder en turno. No imagino a las feministas, a los familiares de personas desaparecidas o de trabajadores movilizándose, en reuniones interminables, seguramente rijosas y aburridas, para negociar con el gobierno local como se llevará a cabo su acto.
De las reuniones entre los comités y el gobierno, muy opacas por cierto y con filtraciones chismosas sobre los comportamientos de algunas personas durante sus negociaciones, se deriva una enorme responsabilidad: poner en el centro de cualquier negociación con un gobierno o un partido político, la defensa intransigente de la AUTONOMÍA de los movimientos sexo diversos.
Afortunadamente existen voces disidentes desde nuestros movimientos que tienen muy claro que a este caminito de oportunismo, usurpación de las voces comunitarias, entrega servil al poder mediante la componenda y el beneficio propio, se le tiene que poner fin.
Y no se me mal lea: es importante que las poblaciones tengamos interlocutores éticos para negociar con los gobiernos; es importante que la jefa de gobierno de la CDMX apoye las causas nuestras y envíe saludos; es importante la presencia y solidaridad de aliados clave…
En el caso de la doctora Sheinbaum, con la pena, sus operadores políticos y de relaciones públicas le fallaron y la pusieron de pechito ante las críticas, y el retraso con el que llegó, empeoró la situación.
Amigos gay funcionarios del gobierno de la ciudad, por favor entiendan que ustedes, aunque sean LGBTI+, tampoco pueden ser protagonistas en nuestras celebraciones o actividades, su papel por lo pronto no está en la comunidad sino en desempeñar correctamente las funciones de sus puestos.
A muchos de nosotros nos da gusto que ocupen puestos públicos, que vean desde su ámbito de trabajo como se pueden mejorar las condiciones para que los nuestros/as vivan vidas dignas, y algunos creemos que su trabajo es encomiable.
En mi opinión, es necesario que a todos/as nos quede clara la necesidad de una evaluación cuyos resultados ayuden a facilitar la recomposición de las relaciones entre gobierno y las comunidades, y que arrojen luces para fortalecer a las organizaciones comunitarias. Y para ello es imprescindible contar con representantes que tengan el apoyo y el consenso de las poblaciones sexo diversas.
Les adelanto: no me interesa ser parte de la interlocución, hay mucha sangre nueva, lúcida, inteligente y con capacidad probada que lo puede hacer, no busco posición ni beneficios y si hay algo en lo que pueda contribuir, siempre y cuando no sea para dirigir o representar, estaré a sus órdenes…
Activista pionero del Movimiento Homosexual en México.