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Derechos Humanos

‘La Política’ y el Movimiento LGBTIQPA+

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Lo predije hace dos semanas y ocurrió. El «war room» de la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, determinó como conveniente y necesario que se hiciera presente; e incluso que llegara a encabezar la XLIV Marcha del Orgullo, el pasado 25 de junio, como parte de su estrategia por recuperar la ciudad que perdió Morena en junio de 2021 y para avanzar en la adelantada contienda por la candidatura presidencial del partido gobernante.

Y lo decidieron, aprovechando los días de confinamiento por covid 19, sin un anuncio previo que pudo haber provocado reacciones adversas e incluso un rechazo mucho mayor del que hubo, tanto en las redes como en las calles de Reforma.

Se hizo casi a escondidas, justificando su presencia en la invitación de «activistas» y «organizaciones» que nadie nombró ni a nadie consultaron, para entregarle un «pliego petitorio» que nadie conoció y con nadie se consenso. Política liberal y también oportunista, dispuesta a montarse sobre las luchas de quien beneficie sus intereses, entre quienes, por supuesto no estamos las feministas, sus «enemigas».

Las políticas y los políticos se mueven por sus cálculos e intereses por encima de sus mejores intenciones e ideales, y entiendo que son necesarios porque llevan a las leyes, las instituciones y presupuestos nuestras demandas y reivindicaciones, pero de acuerdo con su lógica y sus tiempos.

Es así que hoy en día se reconoce el matrimonio igualitario en 27 de 32 entidades de la República; la personalidad jurídica de la identidad de género de las personas trans se ha logrado en 17; la penalización de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género se ha acordado en 9; y en el mismo número de entidades se ha aprobado la interrupción voluntaria del embarazo.

Todo lo anterior en medida importante, aunque no única, gracias a las iniciativas e impulso de los congresistas locales de Morena, incluso en contra del conservadurismo de López Obrador y de sus llamados a realizar consultas populares en materia de matrimonio igualitario e interrupción legal del embarazo, las que a nivel nacional muy probablemente hubiéramos perdido las personas de la diversidad en la sexualidad y las mujeres.

Estos avances también se deben en sus inicios a los cambios logrados cuando Ebrard gobernó el entonces Distrito Federal (2006-2012), significativamente a diferencia de los nulos logros alcanzados cuando lo hizo López Obrador (2000-2005).

Así que Sheinbaum capitaliza lo logrado por la izquierda en sexenios pasados, y añade la creación de la Unidad de Salud Integral de las personas Trans, el decreto con que se reconoce la personalidad jurídica de la identidad de género de las adolescencias trans y una ley local contra la discriminación de las personas LGBTTTI.

En esta lógica y viendo hacia la primera encuesta de Morena para definir su candidatura presidencial, este mes se anunció que ese partido realizará una primera encuesta dentro de un año, por lo que es previsible que Sheinbaum decida apretar el paso y anunciar ya con bombo y platillo que encabezará la Marcha del Orgullo de junio de 2023.

De manera que ante la inevitable existencia y expansión del mercado comercial rosa y del mercado electoral rosa, que nos hacen botín de disputa y conquista, es menester indispensable crear y mantener la organización de la Marcha del Orgullo desde las disidencias autónomas e independientes para mantener la iniciativa y nuestra capacidad de decisión y protesta.

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