Arte y Cultura
Arte, Renacimiento y Homosexualidad
El papel de la Iglesia Católica fue crucial en el devenir de la persecución elegebetista durante el Renacimiento. Francia castigaba la sodomía con la hoguera, el Sacro Imperio Romano la tenía bajo pena de muerte y la Santa Inquisición española fue creada en 1478.
Aunque al término de la Edad Media (1453) y devenir del Renacimiento se rompieron paradigmas culturales y artísticos, la homosexualidad continuó siendo condenada y sufrió una de las mayores cacerías de la historia, orquestada tanto por las autoridades eclesiásticas como por las civiles a lo largo de toda Europa.
Bajo el reinado de Enrique VIII (1491-1547), se creó en Inglaterra la primera ley no religiosa en contra de la sodomía, la cual se extendió por todas las colonias británicas y fue la base de muchas legislaciones vigentes hasta el siglo XXI en algunos países, como la India, que la despenalizó hasta 2018.
El papel de la Iglesia Católica fue crucial en el devenir de la persecución elegebetista durante el Renacimiento. Francia castigaba la sodomía con la hoguera, el Sacro Imperio Romano la tenía bajo pena de muerte y la Santa Inquisición española fue creada en 1478.
Nada de esto impidió que homosexuales y bisexuales existieran en todas las sociedades y vivieran su orientación sexual, como los destacados artistas Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel.
Da Vinci sufrió en su juventud un proceso y posterior encarcelamiento, acusado de sodomía, del cual finalmente quedó absuelto. Miguel Ángel disfrutó de los favores del Papa Julio II y de los gobernantes de Florencia, que lo hicieron prácticamente intocable.
Y fue precisamente en Florencia en donde proliferó una vibrante subcultura de artistas y nobles homosexuales, al grado que el gobierno emitió leyes más severas en contra de la sodomía. Así nació el tribunal florentino “Gli Ufficiali di Notte”, encargado de la represión y castigo de la homosexualidad.
Durante todo el siglo XV, más de tres mil personas fueron encarceladas por sodomía, pero la escena homosexual de Florencia desarrolló tal popularidad en Europa que atrajo a artistas de todo el mundo, al grado que el término “florentino” se comenzó a usar despectivamente como sinónimo de homosexual.
Gracias a los artistas florentinos es que podemos reconocer siglos más tarde los tintes homoeróticos de muchas pinturas y esculturas religiosas de la época, debido a una noción histórica más clara sobre la orientación sexual de sus autores.
